CASTILLO
1811 – Érase una vez en Werken
La historia de la cervecería comienza con Amandus Vanhonsebrouck. El fundador de la dinastía cervecera Vanhonsebrouck fue alcalde de Werken. También tenía su propia granja con lechería, cervecería y destilería. Cuando murió inesperadamente en 1865, su hijo Emile, uno de sus diez hijos, le sucedió como cervecero y alcalde.
1900 – Nace la cervecería Sint-Jozef
En 1863, Emile se casó con Louise De Poorter. La joven pareja se instaló en la granja familiar de Werken. Sin embargo, la corriente no pasa entre Louise y su suegra. Por este motivo, la joven pareja decidió dejar Werken para montar su propia cervecería en otro lugar. En 1900 se mudó a una pequeña granja en Ingelmunster, el lugar de nacimiento de Louise. Así nació la cervecería Sint-Jozef.
1922 – Después de la Primera Guerra Mundial
Louise, madre de cinco hijos, también dirige con éxito la cervecería. Su marido, Emile, está menos dotado para este papel. Cuando Emile se acerca a los ochenta, Louise decide confiar la cervecería a su hijo Paul. Con su hermano Ernest, consiguió mantener a flote el negocio familiar a pesar de los estragos causados por la Primera Guerra Mundial.
1930 – Ampliación de la cervecería
Ambiciosos, los dos hermanos consiguieron ampliar la cervecería con un nuevo edificio de cuatro plantas. Ahora tienen una maltería, un almacén de cebada y tanques de agua. La planta baja se convierte en almacén, donde se instalan quince toneles de 180 a 250 hectolitros. Estas innovaciones fueron acompañadas por el lanzamiento de una antigua cerveza marrón agria que rápidamente ganó popularidad.
1939 – Paga con cerveza
Nueve años después, una nueva sala de elaboración de cerveza, una sala de tanques y una sala de embotellado completan las transformaciones. Los hermanos pagan la mitad del trabajo en efectivo y la otra mitad en cerveza (en aquella época todavía era posible).
1945 – Pilsner y exportaciones
Después de la Segunda Guerra Mundial, los hermanos también se especializaron en la exportación y elaboración de cerveza pilsner. Esta reorientación, que costó mucho dinero y esfuerzo, no aporta mucho dinero al fondo. Sin embargo, los dos hermanos logran mantenerse a flote.
1953 – Luc a cargo
Cuando Paul, todavía relativamente joven, enferma gravemente, hay que encontrar un sucesor que se haga cargo del negocio. Como Ernest y su esposa no han tenido hijos, uno de los siete hijos de Paul debe sucederle. Su hijo mayor, Luc, decidió estudiar elaboración de cerveza en Wuppertal, Alemania, donde aprendió los trucos del oficio. Después de sus estudios y sus prácticas en Wicküler-Kupperbrauerei, está listo para tomar el relevo.
1956 – Y Baco fue
Luc rápidamente se da cuenta de que la pequeña cervecería familiar de Sint Jozef no es rival para las grandes cervecerías Pilsner. Decide concentrarse en el Viejo Brune, bautizado Baco. Un año después, dejó por completo de producir cerveza Pilsner y cambió el nombre de la cervecería a Vanhonsebrouck.
1957 – Lambic en el valle del Lys
A Luc rápidamente se le ocurrió la idea de crear una segunda cerveza especial: la gueuze. En aquella época, este estilo de cerveza sólo se elaboraba en el valle del Senne. Luc compra mosto lambic a Van Haelen Frères en Uccle. En Ingelmunster, el mosto se traslada a las tinas donde envejece el Baco. Luc inocula el cultivo de levadura de un barril a otro y así consigue, con una cantidad relativamente pequeña de mosto comprado, producir suficiente lambic para la producción de su propia geuze y kriek. En 1958 se lanzaron oficialmente las cervezas St-Louis Gueuze y Kriek.
1971 – Mosto de Lambic en Flandes Occidental
Las cervezas St-Louis son un gran éxito. Sobre todo cuando resulta que el mosto comprado a Van Haelen acabó creando con el paso de los años un auténtico biotopo en la cervecería Ingelmunster. A partir de ahora, el mosto lambic de Bruselas se ha vuelto superfluo. St-Louis se convierte así en una cerveza 100% procedente de Flandes Occidental.
1978 – Inicio de la Guerra de Gueuzes
Unos años más tarde, Vanhonsebrouck comenzó a ofrecer geuze de barril y se convirtió así en el segundo productor de geuze belga. Una espina clavada en el zapato de su competidora, la cervecería Belle-Vue de Bruselas. Este último, líder del mercado, se ve obligado a seguir el ejemplo. A partir de 1978, la competición entre Belle-Vue y St-Louis también se jugó en los campos de fútbol: Belle-Vue adornó las camisetas del Anderlecht y St-Louis las del club rival, el Club Brugge. La guerra de las gueuzes duró mucho tiempo, pero las ventas siguieron aumentando.